viernes, 1 de febrero de 2008

El fraude electoral del PP. Aparicio dimitirá

La decisión de compatibilizar los cargos de alcalde de Burgos y diputado nacional es inmoral. Supone un menosprecio a sus compañeros del PP, desprestigia a la vida pública y a los partidos políticos, es un insulto a las personas que pasan dificultades con su sueldo y ven que sus representantes cobran dos retribuciones, aunque una de ellas se enmascare como indemnización, y es un nefasto ejemplo porque contradice frontalmente todos los mensajes dirigidos a conciliar al vida familiar y laboral.

Un diputado que quiera cumplir mínimamente con sus obligaciones necesita estar tres o cuatro días a la semana en Madrid. Además, también debe atender a la provincia que le ha elegido y que no es sólo la capital. Total, que Aparicio tendrá dos o tres días a la semana para cumplir con sus responsabilidades como alcalde, descansar y atender a la familia. Imposible.

Sólo puede compatibilizar estos dos cargos incumpliendo las mínimas obligaciones que cada uno de ellos exige: Será un mal diputado o un mal alcalde o ambas cosas a la vez.

Mientras dure esta compatibilidad, asistiremos a un fraude electoral porque el alcalde de hecho será Lacalle, que no ha sido votado por los burgaleses. Esta situación, que no podrá mantenerse durante mucho tiempo, la resolverá Aparicio dimitiendo, por lo que cometerá un nuevo fraude electoral.

En esta legislatura hemos comprobado que, en muchas ocasiones, son necesarios todos los votos en el Congreso de los Diputados, hasta el extremo de acudir a votar personas convalecientes. Cuando esta situación se produzca ¿Qué hará Aparicio? Lo que viene haciendo hasta ahora, abandonar sus responsabilidades como alcalde y acudir al Congreso.

Es evidente que el PP y Aparicio utilizan su candidatura como simple reclamo electoral, aunque saben que defraudarán al electorado burgalés dimitiendo de uno de sus cargos. También en este extremo se equivocan porque Aparicio no aporta nada al apoyo electoral que ya de por sí tienen las siglas del PP.

En todas las encuestas realizadas, la valoración de Aparicio es mucho menor que la que en su día obtuvieron otros alcaldes de la derecha en Burgos durante toda la historia democrática. Aprobado raspado por una o dos décimas. Los resultados electorales lo ponen de manifiesto: 9,95 puntos menos que Peña y 3,09 menos que Niño.

A Aparicio le sirve cualquier disculpa para viajar a Madrid. Ahora prepara su marcha definitiva pergeñando este auténtico fraude electoral. Pasados unos meses después de las elecciones, Aparicio dimitirá como diputado o como alcalde.

Sólo una abultada derrota de Rajoy, que convierta en innecesaria la presencia en el parlamento de algunos diputados, posibilitará que Aparicio compatibilice ambos cargos, aunque ello implique cumplir sólo a medias con ambas responsabilidades.

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