“Más centralismo en Valladolid
Leo con preocupación la nota publicada por el servicio de oncología médica de Burgos con motivo de la creación en el hospital Río Ortega de Valladolid de la Unidad de Consejo Genético de cáncer hereditario desmembrando la unidad existente en Burgos.
Por la Junta se alega que de esta manera se prestará mejor servicio a los pacientes. No me creo el argumento. No sólo por lo dicho por los especialistas en cuanto que al disminuir la población atendida empeorará la calidad sino porque estoy seguro de que esta decisión se ha adoptado para ir generando un nuevo servicio de referencia regional en Valladolid tal y como en su día se hizo con los bancos de sangre, la cirugía pediátrica y tantos otros.
Nadie ha demostrado, ni siquiera se han molestado en intentarlo, que la centralización de servicios públicos incremente su eficiencia. Depende de las circunstancias.
Mucho menos se ha demostrado que, si fuera necesaria, esta centralización necesariamente deba realizarse en Valladolid. La realidad es que el centralismo responde exclusivamente al afán del poder de tener controlado todo lo que se mueve y de la mayor influencia que tienen aquellos que están cercanos a los centros de decisión.
La política seguida por el PP en la Junta de Castilla y León provoca la creciente desafección de muchos burgaleses hacia la Comunidad Autónoma. Comparto su sensación. Yo tampoco estoy cómodo en una comunidad autónoma gobernada por un partido popular que no sabe y no quiere descentralizar para acercar la administración a los ciudadanos y fomentar un espíritu regional fuerte y cohesionado.”
Las peores previsiones se confirman. Herrera, que ejerce un poder vicario, y el Consejero, han faltado a su palabra restableciendo la unidad de Valladolid.
En términos relativos, la sanidad pública en Castilla y León ha empeorado sustancialmente desde que la Junta de Castilla y León asumió las transferencias. Uno de los motivos es la incapacidad que tienen los dirigentes regionales para incorporar a este proyecto colectivo a los profesionales que trabajan en las diferentes ciudades. En lugar de aprovecharse de lo mejor de cada uno de ellos prefieren la fidelidad y el control directo concentrando todo el poder en muy pocas manos.
No debemos permanecer callados. Hay que movilizarse para que la Junta rectifique.