Utilizando el subterfugio de un contrato que no está previsto para esta finalidad, Aparicio ha encargado a dedo un proyecto para construir un edificio municipal en la calle Diego Porcelos 4. Se prevén construir aproximadamente 1.000 m2 de oficinas municipales para trasladar la Gerencia de Urbanismo.
El Ayuntamiento continua con el proceso de terciarización del casco histórico que terminará siendo un museo al aire libre que sólo tendrá vida hasta la hora de cierre de las oficinas o durante las noches de movida.
Este nuevo edificio no solucionará los problemas de espacio que necesita la burocracia municipal. Más bien los agravará. Con estas nuevas oficinas no se conseguirá cerrar las dependencias municipales en las que están los servicios de Aguas, Deportes y Gerencia de Servicios Sociales. Los gastos de mantenimiento se incrementarán y se duplicarán servicios que en un único edificio se reducirían.
El Alcalde da palos de ciego porque carece de una visión de conjunto de la ciudad y de un proyecto a medio y largo plazo. La actuación municipal es fruto de diferentes ocurrencias para contentar ese auténtico reino de taifas que es el equipo de gobierno del PP:
La solución al problema de espacio para los servicios municipales es muy fácil de solucionar. Hay que construir un nuevo edificio con capacidad suficiente para centralizar todos los servicios dispersos. El lugar idóneo es en el bulevar ferroviario, que garantiza la accesibilidad con el transporte público, sirviendo también de motor para la urbanización de este corredor. Su financiación podría realizarse con los recursos obtenidos por la enajenación de las sedes de Aguas y Deportes.
Existen alternativas para el solar en Diego Porcelos mucho más atractivas que las propuestas por el PP. Una residencia para estudiantes, apartamentos para jóvenes con servicios comunes o alojamientos compartidos son usos que sí que contribuirían realmente a revitalizar el centro histórico.
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