viernes, 29 de enero de 2010

En Burgos no hay ni clima

Fernando Ortega Barriuso, en su libro “Burgos. Memoria de una ciudad”, reproduce el siguiente texto que Antonio José Martínez Palacios escribió en 1936: “Nuestro pueblo se durmió llorando al Cid. ¡Dormido sigue todavía! Y su modorra le hace apático por pereza; indiferente, pesimista, y hasta hosco con todo aquel que quiere hacer algo. A nuestro pueblo le gusta no soñar y realizar sus sueños, sino soñarrear olvidando toda preocupación de vida. Estamos siempre esperando tumbados el milagro que nos impulse. Y repetimos una y mil veces que aquí nada se puede hacer, lamentando la falta de capacidad, de energía, de dinero… En nuestra Ciudad ha nacido como una inmensa seta un gran tópico: que aquí no hay ambiente para nada. Esta bobada es como decir que aquí no hay ni clima”.

Al igual que Fernando Ortega yo también me conmuevo leyendo este texto que se mantiene actual y que refleja perfectamente ese “burgalesismo” conservador y trasnochado que para lo único que ha servido es para amparar los intereses de rentistas que no han aportado nada al desarrollo, fundamentalmente industrial, de nuestra ciudad. Animo a todos los burgaleses a que no caigan en la apatía y que luchen por nuestro futuro para que Burgos sea una ciudad más abierta, más justa y más solidaria.

miércoles, 27 de enero de 2010

No me lo creo

La responsabilidad es consustancial al ejercicio de una actividad pública. Si cometer errores graves no tiene consecuencias ni los partidos o la sociedad exige responsabilidades estamos ante un grave descrédito de la vida pública.

En el área social del Ayuntamiento de Burgos, aparentemente, se han cometido errores graves. Hace tiempo se traspapeló un expediente durante meses lo que impidió que se construyera la residencia municipal para la tercera edad. Ahora se dice que un error en el pliego de condiciones publicado obliga a retrasar la contratación del centro cívico de Coprasa.

Parece que estos errores son fruto de una gran incompetencia. El alcalde se encuentra cómodo, no demostró ningún interés en corregir el error tomando las decisiones necesarias para que se construyera la residencia; con el centro cívico, de momento, se conforma con volver a publicar el anuncio oficial. El resultado es que un centro cívico, en el que tiene muy poco interés, se construirá un poco más tarde aunque llevemos esperando desde el año 2007.

Aparicio no dice nada. Ni da explicaciones públicas ni exige responsabilidades ni reconoce ser el maestro de la incompetencia. No creo que sea una cuestión de incompetencia.

Con la empresa adjudicataria de la residencia para la tercera edad pactó para no construirla utilizando una argucia legal. Con el centro cívico se trata de retrasarlo lo que se pueda.

Gigantillos en el Espolón

El mal gusto y el caciquismo no tienen límites. Al parecer, el amigo de Aparicio está realizando una reproducción de los gigantillos que serán colocados en el Espolón.

¿Qué concepto del espacio público tiene este equipo de gobierno? Creo que el único que conciben es el del lugar propicio para llenarlo de cachivaches a su antojo porque entenderle como lugar de convivencia y participación supera su capacidad intelectual.

El jurado que decidirá la capitalidad europea de la cultura cuando visiten Burgos y vean estos objetos tendrá que taparse los ojos pues será imposible que tanta mediocridad y mal gusto no les turbe el ánimo y el buen juicio.

miércoles, 20 de enero de 2010

¿Arte en Burgos?



Algunos ciudadanos se preguntan qué política de promoción artística está desarrollando Aparicio con la proliferación de objetos, bien denominados por una periodista local “pongos”, en la vía pública. Piensan que se está promocionando a artistas locales.

En algún caso Aparicio sí que ha tenido en cuenta a sus amigos a los que les ha encargado trabajos a pesar de que no saben dibujar y mucho menos esculpir. Sin embargo, en general, es todo mucho más prosaico. Cualquiera persona acude a un comercio “todo a cien”, compra una miniatura, la lleva a una fundición del País Vasco, por ejemplo, que la escanea en 3D para hacer una pieza de 3 metros que luego coloca en una calle de Burgos como si fuera una obra de Rodin.

Piezas semejantes te las puedes encontrar en Burgos, en Santurce, en Quito o en Canarias. El contexto es lo de menos.

No sería extraño que los toros reproducidos en la imagen que acompaña a este comentario los veamos en Burgos teniendo en cuenta la amenaza de Aparicio de colocar un toro en la Avenida del Cid.

Si algún burgalés pudiente quiere sustituir esos gnomos que se colocan en los jardines por unos niños jugando a las canicas iguales a los que se ha colocado en Venerables con 18.766€ lo arregla pidiendo la referencia E_1725.

¡Cómo nos está tomando el pelo Aparicio a todos los burgaleses!

lunes, 11 de enero de 2010

Recio medievalismo



La ciudad anterior a 1887 es la que le gusta a Aparicio. Así lo expresa con claridad en el panel “informativo” que ha colocado en el puente de Santa María.

El alcalde no para de colocar obstáculos en la vía pública. El batiburrillo de la plaza Alonso Martínez tiene su continuidad allá donde el PP pone sus ojos.

En este caso, además, nos deleita con un texto que pone de manifiesto el concepto que tienen de la ciudad y que explica lo realizado en el puente de Santa María, el tipo de “objetos” que encarga a las fundiciones y el modelo de urbanizaciones que ejecuta con la inestimable ayuda de la empresa que realiza todos los proyectos en la ciudad.

Leamos el texto: “La verdadera transformación del puente tuvo lugar en 1887, cuando se amplía de forma similar a como se había hecho con el puente San Pablo en 1789.

La reforma levantó protestas y lamentaciones, ya que si bien se ganaba la amplitud necesaria para el tráfico, cada vez mayor, el puente perdía su aspecto de recio medievalismo en perfecta consonancia con el pasado histórico de la ciudad.

En el año 2006, la ciudad ha recuperado para los peatones el puente que nunca debió perder y con el que convivió durante siglos.”

No tiene desperdicio. Parece que para Aparicio los siglos XIX y XX se han perdido para la ciudad y hay que recuperar ese recio medievalismo cerrando las puertas a los nuevos aires y corrientes culturales.

Es de esperar que ese furor medievalista no implique que se pretenda recuperar la muralla de la ciudad derribando los edificios construidos en el paseo del Espolón entre los que se encuentra el Ayuntamiento.

miércoles, 6 de enero de 2010

Los objetos y su valor

Merece la pena leer los artículos publicados en la edición de Diario de Burgos del día 6 de enero. http://www.diariodeburgos.es/noticia.cfm/Vivir/20100106/ruta/figuras/009076B8-1A64-968D-5991B90F21C3A69E?navrss

Desde diferentes puntos de vista se analiza la obsesión del PP por colocar objetos sin ton ni son en la vía pública. Las conclusiones no pueden ser más demoledoras. Me permito resumirlas en que Aparicio y su equipo de gobierno están demostrando su gran incultura. Con esta dirección será un auténtico milagro conseguir que Burgos sea elegida capital europea de la cultura en 2016.
Lena Saladina, catedrática de Historia del Arte dice que “la colocación de estas obras, por peyorativo que pueda ser el juicio estético aplicable a las mismas, no implica un deterioro físico en tanto que constituyen actuaciones reversibles.”

En mi opinión, en parte tiene razón. Sin embargo no hay que contemporizar con estas actuaciones porque la colocación de estos objetos responde al concepto de ciudad de quien gobierna en el ayuntamiento que está destrozando la imagen que tenemos de Burgos con obras en el puente de Santa María, puente de Castilla y puente Gasset que sí son irreversibles.

Con Aparicio retrocedemos a la década de los 60 del siglo pasado. El plan catedral XXI puede ser el colofón del mal gusto y de la manipulación. La utilización partidista de personas que se les presenta como expertos no puede ser aval suficiente para continuar actuando en las zonas más sensibles de la ciudad con el sectarismo del que está haciendo gala el PP.

viernes, 1 de enero de 2010

Justicia y talento para afrontar el futuro

Nos ha tocado vivir una de las crisis económicas más graves por las que ha atravesado el mundo contemporáneo. Nuestra economía se enfrenta a una serie de retos que se deben afrontar con decisión. La pérdida de competitividad en algunos sectores y las complicaciones adicionales de muy distinta envergadura convergen en la más seria y dolorosa de sus consecuencias, la pérdida de empleo y el aumento del paro. Un grave problema que hemos de frenar y sanar, dedicándole nuestro mejor empeño y nuestra mayor solidaridad.

En situaciones de crisis, las políticas conservadoras tienden a dejar en la estacada a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Es la política de los dos tercios. La mayoría de la población va, mal que bien, solucionando sus problemas a costa de abandonar a su suerte al tercio de la población restante. Frente a esta práctica, conviene precisar que sin cohesión social no saldremos de la crisis.

¿Qué podemos o debemos hacer en la ciudad para superar esta coyuntura? No cometeré la osadía de intentar vaticinar qué va a suceder en el próximo año. Ni optimismos ilusos ni derrotismos irresponsables.

Sin embargo, por mucho que cambie la situación económica, propongo tres líneas de actuación que el Ayuntamiento debiera desarrollar en 2010: Incrementar la cohesión social, estimular la innovación y la atracción de talento y preparar las bases del futuro crecimiento.

La dignidad de la persona se expresa en derechos y libertades que no prescriben, universales, iguales e inalienables. Conceptos y derechos del todo imprescindibles para configurar el marco político, jurídico y social que el ser humano requiere para desarrollarse en plenitud.

El paro es la principal causa de exclusión social. Una actuación pública responsable no puede ignorar esta realidad y debe ordenar sus políticas para no excluir a quien ha perdido su empleo o desea insertarse en el mercado laboral y no puede. La sociedad ha de procurar a estas personas los medios suficientes para vivir con dignidad.

Otras ciudades españolas nos enseñan el camino a seguir. Desde la bonificación del transporte público en un 90% para los parados de larga duración hasta la creación de talleres de empleo, pasando porque las obras con cargo a la financiación del Plan E generen más empleo, son medidas eficaces que el Ayuntamiento puede poner en marcha.

En este marco, además, merecen una especial atención y amparo los colectivos con necesidades específicas como la infancia, las personas mayores, o cuantos padecen alguna discapacidad. Hay que incrementar sustancialmente el presupuesto dedicado a bienestar social y fortalecer la sanidad pública que, a pesar de contar con buenos profesionales, pierde calidad día tras día por no ser una prioridad para la Junta de Castilla y León y por su intención de privatizar servicios esenciales.

Estas políticas son un magnífico catalizador de esfuerzos e ilusiones para fomentar la identificación con la ciudad, huyendo de falsos burgalesismos, pues promueven la paz, la concordia y el progreso en libertad.

Para la recuperación del crecimiento económico, para la creación de empleo y el logro de mayores cotas de bienestar social, es primordial que desde todos los ámbitos surjan nuevas iniciativas emprendedoras que actúen como semillas de futuro impulsoras de esa tarea modernizadora de la sociedad.

Los burgaleses tenemos una doble oportunidad: La apuesta por la economía de la cultura y el potencial de nuestro desarrollo industrial.

El arquitecto español Emilio Tuñón -Premio Mies van der Rohe de la Unión Europea en 2007 junto a su colega Luis Moreno Mansilla- ha definido los edificios creados por ambos como “oscilación permanente entre sonido y sentido”. “El sonido -dice Tuñón- es el optimismo, la alegría, las ganas de jugar; mientras que el sentido es las ganas de servir a la sociedad”.

Hoy, el complejo de la Evolución Humana supone una gran oportunidad de diferenciación y de creación de valor. Cuando los expertos buscan incentivar el talento, la creatividad o la innovación para transformar las ideas y progresos científicos en realidades productivas que desbloqueen la creación adicional de empleo, los burgaleses nos encontramos con un centro científico de primer nivel y un complejo cultural en el marco del magnífico proyecto realizado por Navarro Baldeweg, que puede ser referencia en el mundo.

Si a esto le sumamos la capacidad innovadora de la industria burgalesa, el futuro se presenta esperanzador, siempre y cuando tengamos confianza en nuestras posibilidades, abandonemos el pesimismo histórico que a veces nos paraliza y dejemos de lado el provincianismo que caracteriza a los dirigentes tradicionales de nuestra ciudad.

Se ha perdido un tiempo precioso en desarrollar el Parque Tecnológico. Intentemos recuperarlo. Apoyemos a la Universidad y al sistema educativo en su conjunto, que son los medios necesarios para retener y atraer talento.

Cuando las crisis aprietan se necesita, más que nunca, incrementar la eficiencia de los recursos públicos. Repavimentar una acera está bien, pero no es una decisión inteligente, de futuro, cuando existe un elevado déficit de infraestructuras básicas para la ciudad y de dotaciones sociales y culturales.

¿Cómo aprovechar la recuperación económica cuando se produzca si no podemos crecer por carecer de una depuradora con la suficiente capacidad o por estar limitada nuestra posibilidad de suministro de agua potable?

El ciclo del agua necesita inversiones urgentes que no pueden esperar. Esto es mucho más importante que casi todas las inversiones de los últimos seis años. La misma consideración cabe hacer respecto al Parque Tecnológico o a la carencia de bibliotecas y centros deportivos suficientes. Estas inversiones sí que garantizan el futuro. Al no hacerlo, se corre el riesgo de perder el tren de la recuperación económica por la insuficiencia de infraestructuras básicas.

Nuestro futuro depende de nosotros. Nadie nos va a regalar nada. Seamos exigentes con la Junta de Castilla y León y con el Gobierno de la Nación, pero no nos encasillemos en un victimismo que no ha solucionado ningún problema en los últimos cien años.

Este es el camino a transitar el próximo año. Recorrámoslo sin esperar a que sean otros quienes resuelvan lo que sólo a nosotros nos corresponde afrontar. Volquémonos en ese gran esfuerzo individual y colectivo, en toda nuestra capacidad de emprender, de imaginar y de innovar.