Ningún Estado democrático serio plantea el incumplimiento de los contratos firmados. El suscrito por representantes del PP, en 1998, para desviar el ferrocarril a su paso por Burgos, no incluía ninguna cláusula de garantía que asegurara los riesgos económicos ni tampoco la posibilidad de que sirviera para pagar la urbanización del bulevar. Es más, cuando yo planteé la renegociación de este convenio, el PP volvió a reiterar que el bulevar tenía que pagarlo el ayuntamiento con sus medios.
Si se estima que la aplicación del convenio perjudica a la ciudad, sólo cabe cambiar de política o asumir responsabilidades políticas. El PSOE planteó renegociar el convenio para aplicar otra política urbanística. El PP no quiso. Ahora, Aparicio, que tiene una responsabilidad directa en la firma del convenio, pretende incumplir lo firmado imputando a otras autoridades sus responsabilidades. Inaudito.
Aparicio no puede burlarse de la ciudad y de las normas que regulan la vida política y social de esa manera. Si cree que el convenio es malo para Burgos, debe dimitir al ser el autor del daño.
No descarto que el Ministerio de Fomento, gobernado por el PSOE, tenga algún gesto para aliviar la carga municipal. Sería una dádiva atribuible a Magdalena Álvarez que, para la ciudad de Burgos, ha sido la mejor ministra de Fomento de los últimos 30 años. Hasta tal punto es así, que el Ayuntamiento ha considerado el 2008 como un año histórico, al suprimirse el tráfico ferroviario por la ciudad, abrirse la circunvalación norte e inaugurarse el aeropuerto.
Nunca en la historia de la ciudad se han ejecutado tantas obras y licitado tantos proyectos como con Magdalena Álvarez.
Si alguien considera que ha habido otro ministro mejor, que lo diga y cite sus obras. A los sectores sociales de Burgos que tan insano pesimismo predican siempre, les emplazaría a que dijeran en qué época histórica se ha invertido tanto en infraestructuras como en la época de Álvarez. Los pesimistas, como mínimo, debieran decir que Magdalena Álvarez ha sido la menos mala de toda la historia. Algunos dicen que las obras se han retrasado. ¿No es mayor retraso no empezarlas?
Si una institución de Burgos dio a Cascos una medalla de oro, a Álvarez habría que otorgarle una de oro y brillantes. Es muy difícil superar su gestión en lo que a obras que afectan a la ciudad de Burgos se refiere.
Siempre hay que ser exigentes pidiendo más infraestructuras al Estado y a la Comunidad Autónoma. Pero no hay que perder la objetividad porque entonces se pierde la razón.