Hace bastante tiempo que hice la propuesta de erigir un monumento en Burgos a las víctimas del Yak 42. No hice pública esta propuesta pero ha llegado el momento de hacerlo al haber transcurrido un tiempo prudencial y haberse clarificado muchas cosas en torno a este accidente que costó la vida a 62 españoles. 21 de ellos procedían de Zaragoza, 20 de Burgos, 13 de Valencia y 8 de Madrid.
Hay que agradecer al Ejército y al Ministerio de Defensa que inauguraran un monumento conmemorativo en la base militar de Castrillo del Val.
Burgos también tiene la deuda moral de que este reconocimiento público se realice en la ciudad al igual que en su momento lo hizo Zaragoza que el 17 de abril inauguró un monumento en el Paseo de la Constitución. Este hito conmemorativo ocupa una superficie de 998 m2 y es la culminación de un conjunto de actos en memoria de estos profesionales. Además, la ciudad de Zaragoza declaró Hijos Predilectos e Hijos Adoptivos a los 62 militares.
Me entristece que en Burgos no se haga algo semejante. Veinte de los fallecidos eran vecinos de Burgos y la ciudad debe un reconocimiento a 20 servidores públicos que murieron en acto de servicio.
Para elegir el monumento que propongo habría que convocar un concurso público de proyectos. Así podríamos mantener en la memoria a estos queridos vecinos y a los valores implícitos con la misión humanitaria que desempeñaban.
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