La decisión unilateral de Aparicio de no aplicar el acuerdo va en contra de sus propios actos y se hace sin cumplir las formalidades legales necesarias. Como en tantas ocasiones, Aparicio firmó el polémico acuerdo anteponiendo sus intereses electorales a los de los burgaleses. Si ahora el PP considera que el acuerdo no es bueno para el Ayuntamiento, debe reconocer que se equivocó. No le queda otro remedio que cumplirlo o declararlo lesivo y llevarlo a los tribunales.
Al margen de la opinión que cada cual tenga respecto al contenido del acuerdo, al Ayuntamiento le causa más daño que Aparicio incumpla su palabra que la aplicación misma de los compromisos adquiridos. Las relaciones humanas, incluidas las laborales, se fundamentan en la lealtad mutua, la buena fe y el valor de la palabra y de las obligaciones contraídas. Difícilmente se puede creer y negociar nada con quien no cumple sus compromisos y no respeta la palabra dada.
El Grupo Socialista advirtió que el contenido del acuerdo suponía un incremento del gasto de personal muy importante. El PSOE fue leal y respetuoso con los resultados de una negociación, en la que no participó, entre Aparicio y los empleados municipales. Por este motivo, votamos a favor.
Incomprensiblemente, un año después de firmado y de aplicado el acuerdo en todos los servicios municipales, Aparicio solicita informe jurídico. La pregunta es por qué no lo solicitó antes de llevarse a efecto la firma. La respuesta es clara: Aparicio sabía que, de emitirse, seguro que con contenido idéntico al ahora conocido, no se hubiera aprobado.
El único aval con el que contó el acuerdo firmado fue el de la jefa del Servicio de Personal, funcionaria de confianza del PP. El trabajo realizado por la jefa de Personal le mereció tanta consideración a Aparicio que la ha ascendido a Gerente de Urbanismo, uno de los puestos más importantes del Ayuntamiento.
Aparicio no puede escudarse ahora en un informe para incumplir el pacto alcanzado en su día. Si entonces lo consideró bueno, debe explicar ahora qué le ha hecho cambiar de opinión. La credibilidad del Ayuntamiento está en juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario