La ciudad no debe planificarse atendiendo a quien es el propietario de los terrenos. Que históricamente se haya hecho así en los diferentes gobiernos del PP no significa que debamos volver a cometer el mismo error.
Tradicionalmente, las propiedades públicas han sido maltratadas en el planeamiento urbanístico, por cuanto asume todas las cargas dejando los beneficios para los particulares que, en la mayoría de las ocasiones, son especuladores.
Para cambiar esta tendencia, no es necesario densificar al máximo los terrenos públicos sino utilizar los instrumentos que garantizan el justo reparto de cargas y beneficios, de tal manera que no existan privilegios dependiendo de la propiedad.
Incrementar sustancialmente la construcción de VPO tampoco necesita ninguna actuación pública excepcional. Sólo es necesario que el Ayuntamiento cumpla la Ley y exija que se construya en los plazos previstos. Con esta medida ya se incrementaría sustancialmente el número de viviendas construidas, dado que en los nuevos sectores el 30% de las viviendas deben ser de protección oficial.
La Junta de Castilla y León no tiene entre sus prioridades la construcción de viviendas. Su balance en Burgos es paupérrimo y está muy por debajo de las necesidades. Si decidiera cambiar esta tendencia, el Ayuntamiento de Burgos tiene suelo suficiente para cederlo gratuitamente a la Junta para que cumpla con sus obligaciones.
El hospital militar fue cerrado, en contra de la lógica y de la razón, por un capricho de Trillo, con el beneplácito de sus compañeros Aparicio y Herrera, para mantener abierto el hospital de su pueblo: Cartagena. Además de aplaudir esta decisión, el PP de Burgos le regaló al Gobierno 18 millones de euros.
El colmo de este disparate es que se supriman los espacios libres construyendo viviendas. Mantengamos el antiguo hospital militar como dotación sanitaria o social y dejemos los espacios libres para disfrute de los vecinos.
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