sábado, 22 de diciembre de 2007

Desvío ferroviario. Los convenios se firman para cumplirlos

La democracia se sustenta en el cumplimiento de las leyes y en el respeto a la palabra dada. Por muy duro que sea, no es admisible que el Ayuntamiento pretenda vulnerar el convenio que firmó en 1998.
Aparicio tiene una especial responsabilidad, pues el mencionado año, próximas las elecciones municipales y siendo miembro del Gobierno de la nación y dirigente provincial del PP en Burgos, decide, junto con su partido y sorpresivamente, cambiar el proyecto de soterramiento del ferrocarril por el desvío.
Con el único soporte de informes -ya desaparecidos- realizados por empresas constructoras y que no eran compartidos por los técnicos del Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento asumió el riesgo de pagar en solitario todo el importe que superara los 114 millones de euros.
De 1999 a 2004, siendo Aparicio ministro, el PP se negó a apoyar la propuesta que hice para suprimir esta cláusula leonina. La oferta que realicé, cuando todavía no habían empezado las obras, se fundamentaba en que otras ciudades habían firmado mejores convenios y que los suelos liberados se destinarían a viviendas de protección oficial. El PP se negó a esta renegociación e impuso que los costes de la urbanización del bulevar no fueran tenidos en cuenta en el balance económico final.
Aparicio dice enterarse ahora, con diez años de retraso, que esta operación hipotecará gravemente al Ayuntamiento. Y lo dice después de haber vendido los terrenos en pública subasta contribuyendo al encarecimiento del precio de la vivienda y después de haber dilapidado gran número de VPO que no cumplirán su función social.
El coste final del proyecto se aproximará a los 200 millones de euros, de los cuales el Ayuntamiento deberá asumir 143. Si somos serios, no existe ninguna posibilidad de renegociar porque el PP asumió íntegramente el riesgo económico. El Ministerio ya decidió pagar el sobrecoste imputable a la tercera vía destinada al AVE y ahora exige, para empezar a hablar, transparencia y claridad en las cuentas. Es una vergüenza que se haya sometido a la ciudad a este riesgo. Sus promotores deben asumir su responsabilidad.

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