En el nuevo marco europeo, cobrarán especial relevancia los máster, que proporcionan no sólo un perfil profesional específico sino que sirven para valorar la calidad de las titulaciones. Los títulos de grado tendrán un carácter genérico y la calidad vendrá determinada por ellos y por los doctorados.
La Junta de Castilla y León ha adoptado una postura timorata que supondrá un nuevo retraso de nuestra Comunidad Autónoma. Cuando en otros lugares las propias universidades están ya planteando a qué titulaciones, máster y doctorados aspiran, aquí se está poniendo en marcha el proceso para renovar los planes de estudios, por lo que la elección de las nuevas titulaciones se está aplazando hasta que estos planes obtengan el reconocimiento de calidad.
La UBU debe consolidar las titulaciones que imparte actualmente. Por otra parte, la industria burgalesa importa todos los años muchos titulados superiores al no disponer la UBU de las titulaciones demandadas. Una mejor coordinación entre las necesidades de la economía burgalesa y las titulaciones ofertadas supondría una mejora indudable en nuestro progreso económico, social y cultural. No obstante, no debemos conformarnos con atender exclusivamente a las necesidades de Burgos y Castilla y León, pues su escasa cuantía relativa impediría disponer de unos estudios universitarios de calidad.
En este marco, cobra todo su sentido la petición de que se implanten en Burgos los estudios de Medicina. Debido a la imprevisión del gobierno de Aznar, estamos sufriendo una grave carencia de médicos. En Burgos, contamos con una magnífica Escuela de Enfermería y algunos servicios de la sanidad burgalesa se han ganado un elevado prestigio científico en la comunidad nacional e internacional. Medicina aportaría un valor añadido considerable que beneficiaría esta labor científica. También sería una extraordinaria oportunidad para los estudiantes burgaleses, además de un polo de atracción para los de otras provincias españolas.
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