jueves, 22 de noviembre de 2007

Aparicio no es de fiar

Buscando permanentemente excusas de mal pagador, el alcalde ha decidido no aplicar el acuerdo de condiciones comunes de todo el personal del Ayuntamiento que firmó, a bombo y platillo, poco antes de celebrarse las pasadas elecciones.
Esta es una de sus características: supeditar toda su actuación a la rentabilidad partidaria y electoral a cortísimo plazo aunque ello suponga perjudicar a los intereses generales de al ciudad.
Es inconcebible que se firme un acuerdo y luego no se quiera cumplir. Está más que justificado el conflicto pues en cualquier organización esta aptitud supondría el despido o la dimisión del responsable.
Es un asunto muy serio porque afecta a una cuestión sustancial en las relaciones laborales y personales: el valor de la palabra de los interlocutores. Con este episodio se demuestra que la palabra de Aparicio vale muy poco.

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