lunes, 23 de febrero de 2009

La lotería municipal

Participar en los concursos para la realización de las obras municipales es algo muy semejante a jugar a la lotería, con el añadido de que, en este caso, existe una sensación generalizada de que las bolas están marcadas.

Por regla general, no es el precio, ni la solvencia técnica, ni la creación de empleo los factores que determinan
la adjudicación. La puntuación obtenida en algo tan difuso como el Plan de Obra o las mejoras, que nadie sabe cómo se valoran y, sin embargo, son los criterios que inclinan las adjudicaciones a favor de una empresa u otra.

Veamos dos ejemplos recientes. En la adjudicación del Proyecto de Renovación de Pavimentos en
la Calle Villalón (tramo del Paseo de la Isla-calle Benedictinas de San José), se han otorgado 5 puntos a la iluminación de 3 pasos de peatones, cuyo coste es de 3.000 euros, mientras que a otra empresa  se le valora con 0,5 puntos la reposición de unos pavimentos por un valor de 45.000 ?.

En este mismo concurso, se valora con 2 puntos duplicar la cantidad destinada a control de calidad del proyecto. Sin embargo, en el concurso de Acondicionamiento de Rebajes de bordillos en el Barrio de Gamonal, a una empresa que triplica la cantidad destinada a control de calidad, la puntúan con 0,5 puntos y a otra que la duplica, 0,25.

Con Aparicio de alcalde, el
Ayuntamiento de Burgos se ha convertido en el reino de la arbitrariedad. Los concursos públicos carecen de la objetividad exigible y la inseguridad jurídica es total.

Todos estos proyectos se realizan gracias a los fondos especiales arbitrados por el Gobierno que buscan, como finalidad fundamental, generar empleo. En estos proyectos este factor no se tiene en cuenta. Es un fraude al Estado y una burla a todos los desempleados.


                                                           Burgos, 23 de febrero de 2009

 

 

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