viernes, 26 de diciembre de 2008

Informe FOESSA 2008

Desde que la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) publicó, en el año 1965, su primer informe éste ha sido un estudio de referencia imprescindible para conocer la realidad social española.

De la mano de Cáritas esta Fundación ha publicado su informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2008.

De imprescindible lectura, a la que animo a todos los visitantes de este blog, para comprobar que la situación social en España no ha avanzado satisfactoriamente en la década de los 90 aún a pesar del importante crecimiento económico.

En una de sus conclusiones afirma: “La información disponible parece revelar, por tanto, un truncamiento del proceso continuado de reducción de renta entre los hogares españoles. Este cambio de tendencia no significa que la desigualdad haya aumentado en el tiempo, sino que ha dejado de reducirse. El crecimiento económico registrado desde mediados de los años noventa y la notable creación de empleo que le acompañó no habrían dado lugar, por tanto, a importantes reducciones de la desigualdad. Se quebraría así la tendencia a la reducción de la desigualdad, en vigor al menos desde los primeros años setenta hasta el comienzo de los años noventa. Consecuencia de ello sería también la detención del proceso de convergencia en los niveles medios de equidad, permaneciendo los indicadores de desigualdad en niveles superiores al promedio europeo.”

El daño infligido por las políticas de los gobiernos conservadores es evidente. Las sucesivas rebajas de los tipos impositivos han supuesto una menor capacidad redistributiva por la pérdida de recaudación. El gasto social relativo ha tendido a la baja, inferiores a los niveles máximos del primer tercio de los años noventa alcanzando un paupérrimo 76,5% del promedio de la UE-27.

La pobreza ha dejado de reducirse. Afecta a la quinta parte de los hogares españoles. Entre un 2,65 y un 4% de la población se encuentra en situaciones de pobreza extrema.

No podemos permanecer tranquilos. Nos debemos rebelar ante la injusticia y luchar por acabar con la pobreza e incrementar la integración social.

Ningún ciudadano, y mucho menos un político, es ajeno a este problema. No se puede ser feliz sin luchar porque esta situación cambie. 

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