Todos contra la SGAE

Criticar a la SGAE se ha convertido en un deporte nacional. Se habla de afán recaudatorio olvidando que ésta es una entidad gestora que cobra unos derechos que pertenecen a un autor. Merece la pena aclarar que cuando la SGAE cobra los derechos que la ley reconoce por las representaciones de Fuenteovejuna o el Cronicón de Oña es para retribuir a los autores de los guiones que se representan.

En este debate no incluyo todo lo relativo al canon digital que tiene otras características. Me refiero en exclusiva a la reiterada crítica que se hace de la SGAE por el cobro de los derechos de autor. Estoy convencido que la Sociedad General de Autores ha supuesto un avance considerable para conseguir una retribución digna de los artistas.

La polémica me parece totalmente distorsionada. Se critica a la SGAE y se deja al margen a los autores que son los que cobran los derechos. Si se organiza un concierto benéfico se pide al autor que ordene a la SGAE que devuelva el importe de sus derechos y se acabó el problema. Lógicamente también se debiera pedir que devolvieran sus beneficios a los que alquilan los locales, a los que venden bebidas, a los equipos de producción, etc. De no ser así ¿qué se pretende? ¿Expropiar sin pagar el justo precio los derechos de propiedad intelectual que son elementales en cualquier país democrático?.

No me parece razonable la polémica. La creación artística tiene que ser retribuida y de no serlo entrará en grave crisis.

Quien no quiera pagar a la SGAE tiene una solución fácil. Que programe la representación de miles de obras de teatro o la interpretación de piezas musicales que no tienen derechos de autor. Lo que no parece lógico es que se utilicen las obras para atraer al público y que al autor no se le retribuya con los derechos que la ley le reconoce o que se pretenda el altruismo de los autores mientras que el resto de los agentes culturales sí que obtienen retribución.