Los burgaleses podemos estar orgullosos de nuestra ciudad. Uno de los motivos es que disponemos de zonas verdes de gran calidad cercanos a las zonas residenciales. El río y las zonas verdes configuran un paseo lineal envidia de muchas otras ciudades.
Ello es fruto de nuestra historia y del cuidado que hemos tenido todos los burgaleses en mantener e incrementar los jardines y parques urbanos. Por este motivo los vecinos reaccionan espontáneamente al comprobar que se quiere actuar en el paseo de la Isla con unos criterios rechazables y sin motivos que lo justifiquen.
A nuestros amigos y visitantes les enseñamos ufanos parques urbanos como Fuentes Blancas y el Castillo. Sin embargo estamos a punto de que el orgullo se convierta en vergüenza al comprobar el estado en el que se encuentran el pinar de Cortes o el Castillo.
Parecen parques abandonados. Árboles caídos hace años, maleza, restos de poda que no se ha retirado y una infinita suciedad es la situación que puede apreciar cualquier ciudadano que pretenda disfrutar de estas zonas.
¡Qué falta de sensibilidad del equipo de gobierno! Han tenido la oportunidad de adecentar estos espacios con dinero del Gobierno de la Nación y no han querido prefiriendo utilizar estos recursos en obras que, en algunos casos, son manifiestamente innecesarias.
Lo más rentable, económica y socialmente, es mantener las infraestructuras existentes. El PP prefiere la fotografía de las inauguraciones antes que ser eficaz en la gestión pública.
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