Esa es la opinión que tiene el equipo de gobierno de Aparicio. Con motivo de la muerte por atropellamiento de la quinta víctima mortal en el casco urbano de Burgos no se les ha ocurrido otra cosa que decir que la culpa de los accidentes la tiene las imprudencias de las víctimas.
El único imprudente es el PP que, antes de que exista un pronunciamiento judicial, se convierte en juzgador e imputa responsabilidades a los muertos. ¿Acaso entienden que por el hecho de cruzar una calle por un lugar que no esté señalizado como paso de peatones ya se explica que se pueda morir por atropellamiento? ¿No se han parado a pensar que aunque este hecho se produjera caben muchas posibilidades de que si se respetara la velocidad máxima sería evitable el accidente? ¿No le parece inmoral a Aparicio mancillar el nombre de las personas implicadas sin que exista pronunciamiento judicial?
Además es inhumano hacer semejantes declaraciones en los momentos de mayor dolor de las familias de los fallecidos.
Una vez más, Aparicio busca a quien responsabilizar de sus problemas aunque ello signifique injusticia e inhumanidad.
El tráfico en Burgos puede mejorar mucho. Se pueden y deben reducir las velocidades medias, dedicar una atención preferente al transporte público y dotar de mayor seguridad a los peatones. Estas sí que son responsabilidades municipales que el Ayuntamiento no puede eludir.
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