miércoles, 15 de diciembre de 2010

El CAE es un proyecto estratégico

El Plan Estratégico de Burgos 2001-2015 identifica el código genético de la ciudad, que se diferencia de otras urbes por la conjunción de tres elementos: la ubicación estratégica, un rico patrimonio cultural que posee el proyecto Atapuerca como factor diferencial y el hecho de que Burgos sea una ciudad eminentemente industrial.




La línea estratégica denominada “Desarrollo Industrial” se identifica como “línea estrella”, por la valoración generalizada de la misma como prioritaria y porque la ciudad ya cuenta con una base importante sobre la que realizar su desarrollo. Busca consolidar este carácter motor de la industria burgalesa y potenciar su competitividad, utilizando instrumentos modernos y siguiendo las tendencias de las regiones industriales más competitivas a escala mundial. La industria será el motor principal del desarrollo económico de la ciudad, y crecerá atrayendo inversiones del exterior, pero también potenciando a los emprendedores burgaleses.



Uno de los proyectos tractores de esta línea estratégica es el Complejo de Actividades Económicas de Villafría (CAE), que supone una gran área logística por aunar las principales infraestructuras de transporte de Burgos, la terminal de mercancías de RENFE y el nuevo Aeropuerto con sus entornos inmediatos. Este ámbito se sitúa junto a las principales infraestructuras de comunicación viarias y ferroviarias de escala nacional y las áreas logísticas, industriales, energéticas y empresariales asociadas a las mismas.



El Complejo de Actividades Económicas (CAE) es una operación de alto contenido estratégico para la ciudad: ámbito de concentración de actividades, oportunidad de configurar un nodo logístico de proyección nacional e internacional, gran plataforma de creación de un complejo o “cluster” logístico-industrial y de servicios, y reequilibrio del territorio regional y ordenación del Alfoz de Burgos. Dentro de los clusters de la economía local, hay que potenciar el logístico, que tendría su principal asentamiento en el CAE de Burgos.



Con este proyecto y el del Parque Tecnológico, se pretende superar una de nuestras debilidades, pues la industria necesita mejorar su competitividad y aumentar el bajo nivel de inversiones en I+D+I promoviendo una mayor diversificación hacia sectores de alta tecnología en los que sustentar el desarrollo económico del mañana.





La importancia del CAE no reside en que su desarrollo suponga incorporar 3.509.700 m2 de suelo industrial al patrimonio de la ciudad sino que se trata de un espacio territorial altamente cualificado que permitiría a la ciudad de Burgos afrontar la salida de la crisis en mejores condiciones, dado que nos aprovecharíamos de nuestras ventajas competitivas. No hacerlo así supone hipotecar nuestro futuro ante la realidad de ciudades situadas en nuestro entorno geográfico, que ya disponen actualmente de este tipo de ofertas o están en trámite de su desarrollo.



A la luz de los acontecimientos, se puede afirmar que el equipo de Gobierno del PP carece de visión estratégica de la ciudad, como se pone de relieve si tenemos en cuenta estas cuatro circunstancias:



• El alcalde ha manifestado que el proyecto del CAE no es prioritario porque la ciudad ya dispone de suelo industrial suficiente en Villalonquéjar IV. Considerar que el CAE es, exclusivamente, una ampliación de suelo industrial supone no comprender la importancia del proyecto ni entender que el tiempo es un factor estratégico de primera magnitud.

• El Ayuntamiento de Burgos ha sido tremendamente complaciente y sumiso con la desastrosa gestión de la Junta de Castilla y León en proyectos estratégicos para la ciudad. Su obcecación en desarrollar el Parque Tecnológico en su ubicación actual, despreciando otras alternativas de más fácil gestión, y su incapacidad para desarrollar el Plan Regional de Ámbito Territorial (PRAT) del Centro de Actividades Económicas de Burgos Riopico, que ha sido anulado por los tribunales por carecer de un informe preceptivo y vinculante, han privado a la ciudad de estos proyectos que, de haberse gestionado con una mínima eficacia, hoy serían una realidad. Se han perdido siete preciosos años.

• La carencia de alternativas rápidas ante el fracaso en la constitución de la sociedad público-privada para la gestión del CAE en la que se pedía que las empresas burgalesas aportaran un donativo por importe de 2.000.000 €.

• El derroche en la inversión pública destinada a gastos innecesarios que no aportan valor a la ciudad. Con el importe de proyectos totalmente innecesarios como el de la Catedral, la Isla y las peatonalizaciones de espacios que ya estaban peatonalizados y urbanizados, que suponen una cuantía aproximada de 15 millones de euros, se podía haber dado un impulso decisivo al CAE.



Hay que cambiar. Hay que reenfocar la política municipal orientándola hacia proyectos estratégicos como apuesta real de futuro. El CAE es un proyecto vital

No hay comentarios: